El sabor salesiano que cada año se ofrece a Jerez

El sabor salesiano que cada año se ofrece a Jerez

La Hermandad del Santuario lució en un extraordinario día del Amor Fraterno que brilló como el sol.

JAVIER GARCÍA RINCÓN | DIARIO DE JEREZ

DECÍA Don Bosco que "Para hacer el bien hay que tener el valor de sufrir y sobrellevar las contrariedades". Y eso fue precisamente lo que mostraron a Jerez los hermanos de la Redención en la tarde noche de ayer. Con un sol radiante, eran las cinco en punto de la tarde cuando la Cruz de Guía, flanqueada por las reliquias de San Juan Bosco y Santa María Mazzarello, se posaba bajo el dintel del moderno Santuario de María Auxiliadora. Quedaban entonces por delante casi nueve horas de camino para estos cofrades.

Un cortejo serio, que este año parece que se ha acrecentado, formado por unos ciento cuarenta nazarenos, con elegante hábito formado por túnica de color crema y capa y antifaz azules, salía del templo buscando el encuentro con los enfermos del Hospital San Juan Grande. 
 

Muy de reseñar es otro de los momentos intensos de esta cofradía cada Jueves Santo. La visita a los enfermos del Hospital San Juan Grande. Recogiendo la tradición que comenzara allá por los setenta la Hermandad del Perdón e interrumpida en 1992 con el paso de esta corporación a la Madrugada, los hermanos de la Redención hacen presente nuestra Semana Santa y, por qué no decirlo, la esperanza a los enfermos y ancianos que, con la vista clavada en la imagen del Señor de la Redención, rogaban por su pronto restablecimiento. Un detalle emotivo fue que el paso del Señor de la Redención permaneciera sin música, únicamente a toque de palillo, en recuerdo del bendito Hermano Adrián del Cerro, el santo de hábito negro que durante años recorrió nuestra ciudad pidiendo para los más necesitados.
 

Los cuarenta y cinco hombres que cargan con el único paso de esta Cofradía, a la voz de Juan Oblaré y acompañados en el apartado musical por la Banda de Cornetas y Tambores de las Tres Caídas de Arcos de la Frontera, se lucieron en la salida y derrocharon muy buenas maneras en diferentes puntos del recorrido, muy especialmente en las angostas calles del centro histórico de nuestra ciudad como Gaitán, a la ida, o Carpintería Baja y Tornería ya de regreso a su templo. Estrenaba este año el paso del Señor de la Redención el dorado de la delantera del canasto a la vez que la ropa de Anás. 

 

De exquisito se puede calificar el exorno floral, con un toque silvestre a base de eucalipto, verónicas, fresias, siemprevivas, lisiantum morado y flor de cera, con una rosa blanca en el frontal representando a su titular, María Santísima Madre de la Iglesia. Y dos detalles significativos en el paso del Señor de la Redención que no podemos dejar de mencionar, a saber: un lazo negro en recuerdo de los cristianos perseguidos y otro con los colores de la bandera de Bélgica por los recientes atentados terroristas.
 

En definitiva, una estación de penitencia muy digna, honda y vivida por los cofrades que hacen suyo el espíritu de Don Bosco y así lo transmiten a la ciudad de Jerez.