Queridos Hermanos/as:
Hoy es Jueves Santo. Día del Amor Fraterno. Jueves de Redención.
Esta noche, como me ha pasado en los últimos años, me ha costado conciliar el sueño. Aunque esta vez no ha sido porque en plena Madrugada hubiese estado en el Santuario mirando el último detalle de nuestro paso de misterio y orando ante nuestras Imágenes. Tampoco porque haya mirado mil y una vez los informes meteorológicos, ni porque haya estado revisando el plan de agua o la composición del cortejo que me había pasado nuestros Diputado Mayor de Gobierno, ni tan siquiera por darle un vistazo al programa de actos matinales y ni siquiera por mirar a las túnicas, la mía y a la de los míos, para ver si estaban en perfecto estado de revista. Nada de eso, desafortunadamente, me ha desvelado porque ni habrá actos en el Santuario, ni Oficios y ni haremos estación de penitencia,
No he dormido pensando en mis recuerdos y, sobre todo, pensando en todos, en vosotros y vosotras, en los niños y menos niños, en los jóvenes y en los menos jóvenes, en los más veteranos, en todos los que dais sentido, junto a Él y a Ella, a esta salesiana Hermandad de La Redención porque sé que hoy, Jueves Santo, Jueves de Redención, tendréis sentimientos encontrados porque no vais a poder vestir vuestra túnica nazarena, porque no vais a poder acompañar a Nuestro Padre Jesús de la Redención por las calles de Jerez, porque vais a pasar un Jueves Santo que jamás pudieseis haber pensado que iba a ser como este día excepcional que nos ha tocado vivir,
Pero, queridos hermanos y hermanas, no es momento de rendirse, no hay que lamentarse, las cosas vienen como vienen y los cofrades, cristianos antes que cofrades, tenemos que afrontar la situación como la venimos afrontando desde que surgió esta crisis sanitaria sin precedentes. Mirando al prójimo. Hemos estado atendiendo las necesidades de mascarillas que nos han llegado, hemos estado pendientes de los problemas de nuestros hermanos y hermanas, de ayudar al prójimo en lo que ha hecho falta y también orando a Nuestro Señor de La Redención y a María Santísima Madre de la Iglesia, Auxiliadora del Pueblo de Dios, para que esta pesadilla cese cuanto antes, para que sanen a los enfermos y para que más pronto que tarde todos nos podamos volver a encontrar en nuestra casa de hermandad, abrazarnos y pensar en objetivos próximos.
Objetivos que, por encima de todo, deberán estar enfocados a los nuevos tiempos que nos tocarán vivir. Amando a Dios también tendremos que amar al prójimo como a nosotros mismos y tendremos que estar muy pendientes de nuestra Bolsa de Caridad, muy pendientes de atender aquello que necesiten de nosotros y sabiendo que ser Hermandad es algo más que salir en procesión, aunque sea la culminación de un año de trabajo y entrega en favor de Nuestros Sagrados Titulares.
Ánimo a todos. Rezad. Haced vuestra estación de penitencia en casa y pensad que cuando todo retorne a la normalidad las puertas de nuestra Hermandad, de vuestra Hermandad, y las del Santuario con nuestro Sagrados Titulares, San Juan Bosco y María Auxiliadora estarán abiertas de par en par esperándoos. Seremos mejor cristianos y mejores cofrades. Os esperamos a todos en la esperanza de que llegarán nuevos y mejores días. Salud para todos, cuidarse y nos vemos junto a Nuestro Padre Jesús de la Redención y su Madre de la Iglesia Auxiliadora del pueblo de Dios. Feliz Jueves Santo a todos.
#SOMOSUNO
