Los Salesianos cumplen hoy 157 años de vida. La Congregación fundada por Don Bosco nació el 18 de diciembre de 1859 en Turín, con 17 miembros (un sacerdote, 15 clérigos y un estudiante) además del propio Don Bosco, que tenía 44 años. Se fundó con el nombre de Pía Sociedad de San Francisco de Sales en honor al obispo de Ginebra, a quien siempre admiró el santo salesiano, hasta el punto de elegirlo como protector y modelo de su nueva congregación.
El sueño que
tuvo el pequeño Juan Bosco a los 9 años marcó su vida. Tardó en interpretarlo,
pero cuando comprendió lo que significaban los lobos, las ovejas y la mujer que
brillaba junto a él lo puso en práctica hasta el último día de su vida. Cuando
ingresó en el seminario mayor de Turín, Don Bosco empezó, con la aprobación de
sus superiores, a reunir todos los domingos a un grupo de chiquillos
abandonados de la ciudad en una especie de escuela y lugar de recreo al que
llamó Oratorio Festivo.
Ese primer oratorio se llamó San Francisco de Sales. La
primera iglesia construida en Valdocco por Don Bosco fue dedicada a San
Francisco de Sales. En su habitación, el salesiano tenía un letrero en el que
estaba escrito el famoso mensaje divulgado por él "Da mihi animas, cætera
tolle" ("Dame almas, llévate lo demás"), una frase bíblica que
solía repetir San Francisco de Sales. Desde su fundación, la Congregación
Salesiana creció rápidamente: en 1863 había 39 salesianos y a la muerte del
fundador, en 1888, eran ya 768. El apelativo salesiano hace, por tanto,
referencia al obispo de Ginebra, pero no sólo a su persona, sino también a su
espíritu y a su mensaje, transmitidos por Don Bosco.
Este sentido salesiano se
ve en toda su autenticidad en un pequeño tratado que escribió sobre el Sistema
Preventivo y cuya puesta en práctica supone la bondad, dulzura y mansedumbre
del que, junto el amor, surge la espiritualidad salesiana, que es la
espiritualidad de Don Bosco. No tardó en darse cuenta de que todo el bien que
hacía por sus chicos se perdía con las malas influencias del exterior y decidió
construir sus propios talleres de aprendizaje. Los dos primeros fueron
inaugurados en 1853. En 1856 había ya 150 internos, cuatro talleres, una
imprenta, cuatro clases de latín y 10 sacerdotes.
Los jóvenes externos eran
500. En diciembre de 1859, Don Bosco y sus compañeros deciden finalmente
organizar la congregación, cuyas reglas habían sido supervisadas por Pío IX. El
2 de febrero de 1860 es aceptado el primer coadjutor. El 23 de julio de 1864
llega de la Santa Sede el "decreto de alabanza de la Sociedad". Más
tarde, el 1 de marzo de 1869, 15 años después, llega su aprobación y,
finalmente, el 3 de abril de 1874 llega la aprobación de las Constituciones por
parte de la Santa Sede.
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